Las auditorías internas son fundamentales en la prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Estas prácticas permiten a las empresas cumplir con la normativa vigente y establecer controles adecuados para mitigar riesgos. A través de la evaluación de procedimientos y la formación del personal, se asegura una gestión efectiva en la detección de irregularidades. En este artículo se analizarán los diferentes aspectos relacionados con las auditorías internas en este ámbito.

Contexto normativo en España

En el ámbito de la prevención del blanqueo de capitales, el marco legislativo en España es fundamental. Las normativas establecen obligaciones claras para los sujetos obligados y marcan el camino para la implementación de controles internos eficaces.

Ley 10/2010 de prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo

La Ley 10/2010, de 28 de abril, es la legislación que regula todas las actividades relacionadas con la prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo en España. Esta ley establece un sistema integral y riguroso para la detección y la gestión del riesgo asociado a estas actividades delictivas.

Entre los puntos clave que aborda la ley se incluyen:

  • La obligación de implementar un sistema de control interno por parte de los sujetos obligados.
  • La necesidad de realizar una valoración de los riesgos relacionados con el blanqueo de capitales en función de sus actividades y clientela.
  • Establecimiento de protocolos y procedimientos de diligencia debida, para identificar clientes y la naturaleza de sus operaciones.

Orden EHA/2444/2007

La Orden EHA/2444/2007 complementa la Ley 10/2010 y desarrolla el reglamento asociado a la misma. Su objetivo principal es proporcionar directrices sobre cómo las entidades deben implementar y adaptar sus sistemas de control interno en la práctica.

Entre los aspectos destacados que esta orden regula se encuentran:

  • La definición de procedimientos de auditoría y su frecuencia.
  • Las exigencias sobre la formación del personal implicado en la prevención del blanqueo de capitales.
  • La descripción de las responsabilidades específicas de los órganos de control y supervisión dentro de las entidades.

Sujetos obligados

La normativa se aplica a una variedad de sujetos obligados, quienes deben cumplir con los requisitos establecidos por la Ley 10/2010. Estos incluyen, entre otros:

  • Entidades bancarias y financieras.
  • Abogados y notarios, en su actuación profesional.
  • Auditores de cuentas.
  • Comerciantes que realicen transacciones en efectivo superiores a un umbral determinado.

Cada uno de estos grupos debe desarrollar un sistema de prevención adaptado a su actividad específica, garantizando así la efectividad de las medidas en la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

Objetivos y alcance de la auditoría interna en PBC

La auditoría interna es una herramienta clave en la lucha contra el blanqueo de capitales. Sus objetivos y alcances están orientados a fortalecer los controles internos de las organizaciones y asegurar la adecuada aplicación de las normativas vigentes.

Verificación de medidas de control

Una de las funciones fundamentales de la auditoría interna es la verificación de las medidas de control implementadas por la entidad. Esto implica evaluar la efectividad y la adecuación de los procedimientos y políticas establecidos en el ámbito de la prevención del blanqueo de capitales. Los auditores deben revisar que estas medidas sean:

  • Actualizadas: Los controles deben adaptarse a las nuevas normativas y a las características cambiantes del entorno operativo.
  • Relevantes: Deben estar alineados con los riesgos específicos asociados a las actividades de la empresa.
  • Funcionales: Es vital que se implementen correctamente y que se utilicen de manera efectiva en la práctica.

De hecho, estudios como este han demostrado el papel crucial de la auditoría interna en la mejora de los controles contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, destacando su relevancia en contextos como Nigeria.

Diligencia debida

La auditoría interna tiene como objetivo garantizar que se realice una diligencia debida eficaz. Esta diligencia implica una serie de acciones que buscan identificar, evaluar y mitigar los riesgos relacionados con el blanqueo de capitales. Entre las actividades de diligencia debida se incluyen:

  • Identificación de clientes: Evaluar la veracidad de la información proporcionada por los clientes y realizar el seguimiento necesario.
  • Análisis de transacciones: Revisar operaciones sospechosas y su justificación.
  • Evaluaciones de riesgo: Clasificar a los clientes y transacciones según su riesgo potencial.

Comunicación de conductas sospechosas

La auditoría interna también debe facilitar la comunicación de conductas que puedan ser indicativas de blanqueo de capitales. Un sistema efectivo de auditoría incluye mecanismos que permitan:

  • Reportar irregularidades: Documentar y comunicar de manera adecuada cualquier conducta que despierte sospechas dentro de la organización.
  • Canalizar la información: Asegurar que las alertas lleguen a las áreas competentes para su evaluación y posible acción.
  • Seguir el protocolo: Establecer procedimientos claros que guíen la respuesta ante situaciones sospechosas.

Formación continua

Un aspecto crucial de la auditoría interna es la promoción de la formación continua. Esto permite que el personal esté siempre al tanto de las normativas y procedimientos relacionados con la prevención del blanqueo de capitales. La formación debe abordar:

  • Normativas vigentes: Actualizar al personal sobre los cambios legislativos y las implicaciones para la organización.
  • Detección de riesgos: Capacitar a los empleados en la identificación de señales de alerta relacionadas con actividades sospechosas.
  • Cultura de cumplimiento: Fomentar un ambiente donde todos los empleados se sientan responsables de la prevención del blanqueo de capitales.

Medidas de control interno

Las medidas de control interno son procedimientos establecidos por las entidades para prevenir y detectar el blanqueo de capitales. Estas medidas se dividen en dos categorías principales, las cuales deben ser implementadas según el perfil de riesgo de cada organización.

Medidas simplificadas

Las medidas simplificadas se aplican en situaciones donde el riesgo de blanqueo de capitales es considerado bajo. Estas medidas permiten que ciertas obligaciones sean omitidas, facilitando la operativa y reduciendo la carga administrativa. Sin embargo, las entidades aún deben mantener un mínimo nivel de control.

  • Identificación de clientes: En estos casos, la identificación del cliente puede requerir menos documentación, aunque siempre debe llevarse a cabo un proceso de verificación.
  • Monitoreo de transacciones: Las organizaciones pueden optar por un monitoreo menos riguroso de las transacciones, aunque deben estar atentas a cualquier comportamiento inusual.
  • Documentación simplificada: Se permite utilizar documentos menos exhaustivos para conocer la procedencia de fondos, siempre que se mantenga un registro adecuado.

Medidas reforzadas

Las medidas reforzadas se activan en contextos de mayor riesgo. Estas medidas exigen un nivel superior de supervisión y revisión en todos los procesos de gestión. Ejemplos de estas medidas incluyen:

  • Debida diligencia intensiva: Se requiere un análisis más detallado de la información del cliente, así como verificar su identidad con mayor rigor.
  • Monitorización continua: Las transacciones deben ser monitoreadas de forma constante, aplicando sistemas avanzados que faciliten la detección de irregularidades.
  • Informes frecuentes: Es fundamental la elaboración de informes periódicos que detallen las actividades y operaciones de los clientes de riesgo elevado.

Adaptación al riesgo de las empresas

Cada entidad debe personalizar su enfoque de medidas de control interno en función de sus características específicas y el entorno en el que opera. Esto implica realizar una evaluación continua de los riesgos a los que se enfrenta y ajustar las políticas en consecuencia.

  • Evaluación de riesgos: Las empresas deben llevar a cabo un análisis de riesgos detallado para identificar áreas vulnerables y establecer controles efectivos.
  • Actualización de procedimientos: Es importante que las políticas y procedimientos se revisen y actualicen regularmente en respuesta a cambios en la normativa legal o en el panorama del crimen financiero.
  • Formación del equipo: La capacitación del personal en cuanto a las medidas de control interno es clave para asegurar que todos los empleados comprendan y apliquen correctamente las políticas establecidas.

Proceso de auditoría

El proceso de auditoría es fundamental para garantizar la eficacia de los controles internos en la prevención del blanqueo de capitales. A continuación, se describen las fases que componen esta actividad esencial.

Planeación de la auditoría

La planificación de la auditoría es el primer paso crítico que debe llevarse a cabo para establecer un enfoque sistemático. En esta etapa se define el alcance, los objetivos y los recursos necesarios. También es importante determinar qué áreas y procesos específicos serán objeto de la auditoría.

Un plan de auditoría bien estructurado incluye:

  • Identificación de los objetivos de la auditoría.
  • Definición de los criterios de auditoría.
  • Asignación de auditores y recursos adecuados.
  • Establecimiento de un calendario con fechas clave para cada fase del proceso.

Ejecución de la auditoría

Una vez completada la fase de planificación, se procede a la ejecución de la auditoría. Esta etapa implica la realización de diversas actividades para recoger la información necesaria para la evaluación de los controles internos.

Revisión documental

La revisión documental es un aspecto esencial en la ejecución. A través de este procedimiento, se examinan los documentos y registros relevantes para verificar la implementación de políticas y procedimientos establecidos. Se evalúan diferentes tipos de documentos, tales como:

  • Políticas internas de prevención de blanqueo de capitales.
  • Registros de transacciones financieras.
  • Informes de auditorías previas.
  • Documentos de formación del personal.

Entrevistas y observación

Las entrevistas y la observación son técnicas complementarias a la revisión documental. A través de entrevistas a empleados y directivos, se obtiene una comprensión más profunda sobre la cultura de cumplimiento de la entidad. Las observaciones directas de procesos y procedimientos permiten validar la información recolectada en documentos. Esto también ayuda a identificar áreas donde pueden existir deficiencias en la aplicación de políticas.

Análisis de datos

Tras la recopilación de información, se pasa a la fase de análisis de datos. En esta etapa se revisan los datos obtenidos para identificar patrones, tendencias o anomalías que podrían indicar irregularidades o fallos en los controles internos. El análisis debe ser exhaustivo y considerar todos los aspectos relevantes al riesgo de blanqueo de capitales.

Se utilizan herramientas y técnicas analíticas que permiten:

  • Comparar datos históricos con datos actuales.
  • Identificar inconsistencias en los registros.
  • Evaluar la adecuación de los controles establecidos.

Informe final de la auditoría

El resultado del proceso de auditoría se documenta en un informe final. Este informe debe ser completo y debe resumir los hallazgos, conclusiones y recomendaciones para mejorar los controles internos. Es fundamental que el informe se presente de manera clara y estructurada, incluyendo:

  • Descripción de la metodología utilizada.
  • Hallazgos significativos y su impacto.
  • Recomendaciones de acciones correctivas.
  • Plan de seguimiento para verificar la implementación de las recomendaciones.

El informe final debe ser comunicado a la alta dirección y, cuando sea necesario, a los órganos de control o administración de la entidad. Dar seguimiento a las recomendaciones es crucial para mantener efectivas las medidas de prevención y fortalecer los sistemas de control.

Frecuencia de las auditorías

La frecuencia con la que se llevan a cabo las auditorías es un aspecto fundamental en el marco de la prevención del blanqueo de capitales. Las auditorías deben planificarse de manera que se adapten a las necesidades específicas de cada entidad y al contexto regulatorio vigente.

Auditoría anual

Las auditorías internas deben realizarse al menos de forma anual, como establece la normativa aplicable. Este enfoque permite realizar una revisión exhaustiva de los sistemas de control implantados y de las medidas de diligencia debida implementadas por la entidad. La periodicidad anual asegura que las distintas políticas y procedimientos se mantengan actualizados y se ajusten a los riesgos que la organización puede enfrentar en un entorno cambiante.

Factores que influyen en la periodicidad

Diversos factores pueden afectar la frecuencia de las auditorías. Entre ellos se incluyen:

  • Naturaleza del negocio: Empresas con un perfil de riesgo más elevado, como las entidades bancarias o de seguros, pueden requerir auditorías más frecuentes debido a su exposición a transacciones complejas.
  • Incidencias anteriores: Si una organización ha tenido problemas previos relacionados con secciones de incumplimiento, es probable que se programe una auditoría más rigurosa y cercana en el tiempo hasta que se resuelvan los problemas detectados.
  • Cambios normativos: La aparición de nuevas regulaciones o cambios en las mismas puede propiciar la necesidad de revisar con mayor frecuencia las políticas y procedimientos existentes.
  • Evaluaciones de riesgo: La periodicidad de las auditorías puede ajustarse conforme a las evaluaciones de riesgo realizadas, permitiendo así que se adapten los programas de auditoría a la realidad actual de la entidad.

Repercusiones de no conformidad

El incumplimiento en cuanto a la periodicidad establecida para las auditorías puede tener graves consecuencias para las organizaciones. Estos efectos pueden incluir:

  • Sanciones administrativas: Las entidades podrían enfrentarse a multas o sanciones impuestas por los reguladores, que reflejan la falta de cumplimiento con las normativas aplicables.
  • Riesgos legales: La falta de auditorías adecuadas podría dar lugar a la responsabilidad penal de directivos y empleados, en caso de que se descubran actividades delictivas asociadas al blanqueo de capitales.
  • Daño reputacional: La percepción negativa que puede surgir por no realizar auditorías de forma regular afecta la credibilidad de la entidad ante clientes, socios y el mercado en general.

El incumplimiento de las normativas relacionadas con la prevención del blanqueo de capitales puede acarrear serias repercusiones para las entidades. Las consecuencias pueden variar desde sanciones administrativas hasta impactos severos en la reputación.

Consecuencias del incumplimiento

Régimen sancionador

El régimen sancionador establecido por la normativa es muy riguroso. Las sanciones pueden oscilar entre multas económicas significativas y, en casos extremos, la clausura de la actividad de la entidad. Las autoridades competentes, como la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias, tienen la capacidad de imponer diversas sanciones según la gravedad del incumplimiento.

  • Multas administrativas: Dependiendo de la falta cometida, estas pueden ser de cuantías variables, siempre con el objetivo de disuadir comportamientos irregulares.
  • Cierre de operaciones: Este tipo de sanción puede ser impuesto en situaciones graves donde se vea comprometida la capacidad de la entidad para operar legalmente.
  • Suspensión de actividades: Algunas entidades pueden enfrentar la prohibición temporal de realizar ciertas operaciones que puedan estar vinculadas al blanqueo de capitales.

Responsabilidad penal

En situaciones de incumplimiento extremo, la responsabilidad penal puede recaer sobre individuos dentro de la organización. Esto puede implicar, entre otras consecuencias, la posibilidad de enfrentar cargos criminales. Las acciones consideradas delictivas incluyen la omisión deliberada de información o el intento de facilitar el blanqueo de capitales.

  • Consecuencias personales: Los individuos responsables de decisiones pueden enfrentarse a penas de prisión, además de multas personales.
  • Investigaciones judiciales: Los incumplimientos pueden dar lugar a investigaciones que afectan no solo a la entidad, sino también a sus directivos y responsables de compliance.

Impacto en la reputación

El impacto en la reputación de la entidad puede ser devastador. Un incumplimiento notable, especialmente en el contexto de la PBC, puede generar desconfianza entre clientes y socios comerciales. La percepción pública de la empresa puede cambiar drásticamente, lo que podría resultar en pérdidas significativas de negocio.

  • Pérdida de clientes: Las clientes pueden optar por desviar sus negocios hacia competidores que demuestren un compromiso superior con las prácticas de prevención.
  • Desvaloración de la marca: La reputación está íntimamente ligada al valor de mercado de una entidad. Incumplimientos notables pueden llevar a una reducción en su valor de marca.
  • Limitaciones en el acceso a financiamiento: Asociaciones con entidades que no cumplen con las normativas pueden dificultar la obtención de créditos o inversiones necesarias.

Papel de la auditoría externa

La auditoría externa desempeña una función crucial en el marco de la prevención del blanqueo de capitales. Su objetivo es proporcionar una evaluación objetiva e independiente de los controles internos de una entidad, asegurando que se cumplan las disposiciones legales y las mejores prácticas del sector.

Evaluación independiente

La revisión externa de los procedimientos y sistemas de control interno permite obtener una visión crítica de la eficacia de las medidas adoptadas para prevenir el blanqueo de capitales. Esta evaluación independiente es esencial para identificar posibles deficiencias que puedan haber pasado desapercibidas durante las auditorías internas.

Un análisis objetivo, llevado a cabo por expertos, agrega valor al proceso de auditoría:

  • Proporciona un enfoque imparcial sobre los riesgos asociados.
  • Permite detectar áreas de mejora en los procedimientos implementados.
  • Facilita la adaptación a cambios normativos y escenarios de riesgo emergentes.

Experto externo en la auditoría

Contratar a un experto externo permite contar con profesionales que tienen una experiencia extensa en el ámbito de la auditoría y el cumplimiento normativo. Estos profesionales están capacitados para observar prácticas en el sector y aplicar sus conocimientos de manera efectiva dentro de la auditoría.

El papel del experto externo incluye:

  • Realizar un diagnóstico exhaustivo de los controles internos existentes.
  • Desarrollar recomendaciones específicas para optimizar los procesos.
  • Aportar un análisis comparativo con las mejores prácticas de la industria.

Complementariedad con la auditoría interna

La auditoría externa no solo valida el trabajo de la auditoría interna, sino que también le ofrece un complemento fundamental. Ambas auditorías deben trabajar en colaboración para fortalecer los controles y asegurar el cumplimiento normativo.

Las sinergias entre ambas auditorías pueden manifestarse en varias áreas:

  • Intercambio de información relevante que enriquece ambos procesos.
  • Evaluación continua de los riesgos que permiten una respuesta ágil ante situaciones cambiantes.
  • Optimización de recursos mediante la identificación de áreas de trabajo conjunto.

Así, la combinación de auditorías internas y externas se traduce en un enfoque más robusto en la prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, dado que ambas se apoyan mutuamente en el cumplimiento de los objetivos organizativos frente a la normativa vigente.

Formación y recursos

La formación y la capacitación son elementos clave en la lucha contra el blanqueo de capitales. Las organizaciones deben asegurarse de que su personal esté preparado para identificar y gestionar riesgos potenciales.

Identificación de lagunas de conocimiento

Un primer paso fundamental es la identificación de lagunas de conocimiento dentro de la entidad. Es crucial realizar un diagnóstico sobre el nivel de comprensión de las normativas relacionadas con la prevención del blanqueo de capitales. Este análisis permitirá determinar las áreas donde el personal necesita mayor preparación. Algunos de los aspectos más relevantes para considerar son:

  • Conocimiento de la legislación vigente y actualizaciones normativas.
  • Capacidad para identificar operaciones sospechosas y realizar la adecuada diligencia debida.
  • Entendimiento de los procedimientos internos de control y derechos de los usuarios.

La falta de conocimiento en cualquiera de estas áreas puede llevar a fallos significativos en el cumplimiento de la normativa, lo que subraya la necesidad de un enfoque proactivo en la formación del personal.

Programas de formación continua

Una vez identificadas las lagunas de conocimiento, el siguiente paso consiste en diseñar e implementar programas de formación continua. Estos programas deben ajustarse a las necesidades específicas de la entidad y cambios en la normativa nacional e internacional. Las características de estos programas pueden incluir:

  • Sesión formativas presenciales y virtuales para abordar temas específicos.
  • Material formativo accesible, como manuales y guías actualizadas.
  • Simulacros y estudios de casos sobre situaciones reales de blanqueo de capitales.
  • Evaluaciones periódicas para medir el progreso educativo y la efectividad de la formación.

Implementar un programa de formación continua no solo potenciará conocimientos, sino que también fomentará una cultura de cumplimiento que puede ser vital en la prevención de delitos financieros.

Recursos necesarios para la capacitación

La formación debe ir acompañada de los recursos necesarios para que sea realmente efectiva. Esto incluye tanto herramientas tecnológicas como el tiempo destinado a la capacitación. Algunos de los recursos indispensables son:

  • Acceso a plataformas de aprendizaje en línea que ofrezcan cursos especializados.
  • Contratación de expertos para impartir formación específica o cursos de actualización.
  • Material didáctico que se adapte a las últimas tendencias y normativas en la PBC.
  • Establecimiento de un calendario de formación que permita una adecuada planificación y seguimiento.

La correcta asignación de recursos mecánicos y humanos es crucial para garantizar que el personal cuenta con las habilidades necesarias para realizar su trabajo con eficacia conforme a las regulaciones que rigen la prevención del blanqueo de capitales.

Importancia del SEPBLAC

El Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (SEPBLAC) es una entidad central en la lucha contra el blanqueo de capitales. Su rol es vital para asegurar que las empresas cumplan con las normativas establecidas y mantengan altos estándares de vigilancia y control.

Funciones del SEPBLAC

El SEPBLAC ejerce diversas funciones que son fundamentales para la prevención del blanqueo de capitales. Algunas de las más relevantes incluyen:

  • Recepción y análisis de información: El SEPBLAC recibe datos de entidades obligadas y los estudia para identificar operaciones sospechosas.
  • Coordinación interadministrativa: Facilita la interacción entre diferentes organismos para fortalecer la colaboración en la detección y prevención de actividades ilícitas.
  • Elaboración de informes: Produce informes anuales que ofrecen una visión global del estado de la prevención del blanqueo de capitales en el país.
  • Asesoramiento y formación: Proporciona orientación a las entidades obligadas y organiza formaciones sobre nuevas legislaciones y mejores prácticas en la materia.

Impacto de SEPBLAC en las auditorías

El SEPBLAC influye de manera significativa en el proceso de auditorías internas. Su impacto se puede observar en diferentes áreas:

  • Mejora de procedimientos: La información y directrices proporcionadas por el SEPBLAC permiten a las entidades ajustar sus procedimientos internos para alinearse con las normativas vigentes.
  • Aumento de la concienciación: La existencia del SEPBLAC refuerza la cultura de cumplimiento en las organizaciones, promoviendo una mayor conciencia sobre la importancia de detectar y prevenir el blanqueo.
  • Actualización normativa: El SEPBLAC actúa como un referente en la actualización de las normativas y estándares que deben seguir las entidades en sus auditorías internas.

Procedimientos de comunicación

El desarrollo de unos procedimientos de comunicación claros es fundamental para garantizar una prevención eficaz del blanqueo de capitales. SEPBLAC establece protocolos que las entidades deben seguir, los cuales incluyen:

  • Notificación de operaciones sospechosas: Las entidades deben informar al SEPBLAC sobre cualquier actividad que les genere dudas sobre su legalidad.
  • Comunicación de riesgo: Es esencial que se transmitan de forma oportuna los riesgos detectados durante las auditorías internas para que el SEPBLAC pueda actuar de manera preventiva.
  • Colaboración en investigaciones: El SEPBLAC puede requerir información adicional a las entidades en el contexto de investigaciones sobre posibles delitos financieros.

Plan de acción post-auditoría

La planificación de acciones tras la auditoría es fundamental para abordar las debilidades identificadas y garantizar la mejora continua de los procesos internos. Un enfoque sistemático permite implementar cambios efectivos y contribuye a la prevención del blanqueo de capitales.

Implementación de acciones correctivas

Una vez finalizada la auditoría, es esencial llevar a cabo las acciones correctivas, basadas en las conclusiones del informe. Estas acciones deben tener como objetivo subsanar las deficiencias detectadas y fortalecer los controles internos. Para ello, se recomienda seguir estos pasos:

  • Definición de responsabilidades: Asignar tareas específicas a miembros del equipo con el fin de asegurar que las acciones correctivas se implementen de manera oportuna.
  • Establecimiento de un cronograma: Definir plazos claros para la ejecución de cada acción correctiva, garantizando que se completen en un marco de tiempo razonable.
  • Recursos necesarios: Identificar y proporcionar los recursos necesarios, que pueden incluir personal adicional, tecnología o formación.
  • Documentación: Mantener un registro detallado de las acciones correctivas implementadas, incluyendo fechas, responsables y estado de cada tarea.

Seguimiento y mejora continua

El seguimiento de las acciones correctivas es clave para asegurar su eficacia y fomentar una cultura de mejora continua. Se sugiere implementar un proceso de revisión regular que incluya:

  • Monitoreo de resultados: Evaluar el impacto de las acciones correctivas mediante la revisión de indicadores de rendimiento y eficacia de controles.
  • Reuniones periódicas: Realizar encuentros regulares con el equipo para discutir el progreso de las medidas implementadas y ajustar las estrategias si es necesario.
  • Realización de nuevas auditorías: Programar auditorías internas adicionales en áreas donde se hayan aplicado cambios significativos, asegurando que las mejoras sean sostenibles a largo plazo.

Informe de seguimiento y evaluación

Una vez se han implementado las acciones correctivas, es fundamental elaborar un informe de seguimiento que sintetice los resultados obtenidos y las lecciones aprendidas. Este informe debe incluir:

  • Resumen de acciones realizadas: Un repaso detallado de cada medida implementada y su estado actual.
  • Evaluación de la efectividad: Un análisis sobre la efectividad de las acciones adoptadas, evaluando si se han alcanzado los objetivos establecidos.
  • Recomendaciones futuras: Sugerencias basadas en el análisis para continuar mejorando los controles internos y la prevención de irregularidades en el futuro.